martes, 9 de junio de 2009

El oficio de mi amigo

Tengo un amigo (YO) que por las mañanas trabaja en un estanco. El estanco es de su padre, anteriormente era de su abuelo y tarde o temprano será suyo. Una tradición familiar en la que el denominador común es atentar contra la salud publica.


Dos preguntas:
- ¿Se debería sentir mal mi amigo por estar matando a la gente que le da de comer?.
- ¿Se siente mal?.

Dos respuestas
- Si, sin ningún tipo de duda.
- En absoluto
(RESPECTIVAMENTE)

Cuando su familia puso el estanco allá por el año (no tengo ni puta idea) 1960 (mismamente), no se sabia que el tabaco mataba. El hecho de que hoy por hoy se sepa con certeza que el tabaco mata, a mi amigo no le provoca ni el más mínimo de los remordimientos. Incluso le motiva.

Estar matando a gente, de su propio pueblo, con la que se cruza cada día por la calle, a veces hace que le cueste dormir, pero bueno, como también esta matando a guiris que generalmente le vienen a tocar los cojones con sus excentricidades; Una cosa compensa la otra, así que duerme como un puto angelito, ni pesadillas ni nada.

Mi amigo no fuma, pero casi todos sus amigos si. Lo mas seguro es que el primer cáncer de pulmón que azote a su grupo de amigos le convierta en el culpable de la enfermedad, y en consecuencia en un marginado. Pero mientras tanto todos viven felices en Paguera (Mallorca)

PD: Mi amigo tiene un amigo que es farmacéutico. El farmacéutico alarga la vida de los clientes de mi amigo para que el les pueda sacar el jugo durante mas años. Un tandem cojonudo que seguramente acabe pudriendose en el infierno.

2 comentarios:

  1. Sr. tito, dígale a su amigo que por eso se inventó el libre albedrío. Uste... digo su amigo no los mata, son ellos mismo quien lo hacen.

    Yo sería capaz de vender tranquilamente cuerdas, aún sabiendo que la gente las utiliza para suicidarse dentro de armarios con los cojones atados. Otra cosa sería que lo que yo venda sirva para matar a otra gente y no a quien voluntariamente me lo compra.

    Según mi parecer, puede su amigo estar tranquilo. Vaya con Dios.

    ResponderEliminar
  2. Padre, gracias de parte de mi amigo. Me a comentado que ya vendia el tabaco con tranquilidad, pero tus palabras han conseguido que lo venda con mas tranquilidad si cabe

    ResponderEliminar