lunes, 4 de julio de 2011

Esos Palos. El torneo de Son Ferrer y sus consecuencias.

El torneo de Son Ferrer se presentaba como una ocasión perfecta para que los Palos nos reuniéramos y empezáramos a sentar las bases de la temporada de torneos veraniegos 2011. La convocatoria fue un poco pobre en cuanto a número de jugadores, ya que nos presentamos con solo tres suplentes, y uno de ellos estaba atravesando problemas de salud.

Miguel, al que llamamos «Morchas» cuando le hablamos de buen rollo, «Mozzarelli» cuando estamos en la playa, «Rifle» cuando estamos sobre el césped y «Miguel» cuando hablamos de el en su ausencia, se presentaba con serios problemas en la espalda. Si a esto le sumas su capacidad para magnificar sus propias desgracias te encuentras con un desecho deportivo. Un jugador que a priori iba a ser espectador pero que al final aporto mucho sobre el cesped.

Biel, que era otro miembro del equipo, arrastraba los mismos problemas que Miguel, ya que son dos personas con un trato tan cercano que incluso comparten lesiones por un tema de armonía universal y simpatía personal. Pero a diferencia de Miguel, Biel es un chico con afán de superación y valiente, un hombre que mira a los problemas a los ojos, los encara y generalmente los supera. Así que a pesar de llegar al torneo con la misma lesión que Miguel, llegó con mucha más sed de minutos que él.

Javito volvió a los terrenos de juego luciendo un nuevo tatuaje que vuelve loco al todo el colectivo femenino. Es perfecto porque a el también le vuelve loco ese colectivo. Esta situación mantiene el equilibrio del ecosistema sexual en nuestro planeta, cosa que nunca le agradecemos lo suficiente. Por eso desde aquí quiero decirle una cosa: Gracias Javito, sin ti este mundo no tendría sentido.

También teníamos a Guillermo, que hizo un gesto que los palos jamás olvidaremos: dejó de lado la cena de su equipo para luchar por la victoria de nuestro grupo. Queremos mucho a Guillermo. Supongo que ese gesto tampoco lo van a olvidar nunca en su equipo, pero eso a él le da igual, porque cuando un hombre hace las cosas bien, lo sabe. Y él sabe que hizo las cosas bien. El y Dios, que lo ve y lo juzga todo

En la Zaga también contábamos con Juanjo, un portento físico que sabe muy bien de que va esto del fútbol tanto en defensa como en ataque.

En el equipo había otro Juanjo, podríamos llamarlo JuanjoB o Juanjo2 para evitar confusiones con el Juanjo del párrafo anterior, pero lo llamaremos Chayanne. Chayanne es un loco bajito que conoce muy bien los secretos de la circulación del balón, y algunos secretos de química básica que utiliza para fabricar, en el sótano de su casa, una cosa llamada Flunitrazepam, más conocida como Rohipnol, y aun mucho más conocida como «La droga de los violadores». Chayanne es un chico que lleva el sexo a los límites del Código Penal, pero también lo queremos. A este tipo de personas es mejor tenerlas como amigas que como enemigas, y más aun si tienes hermanas.

Pirulando por esa zona del cesped, tonteando entre el centro del campo y la delantera estaba yo, un hombre con tan solo una rodilla y media. También tengo un reloj en mi muñeca izquierda que se puede sumergir diez metros, aunque los diez metros de profundidad es una zona del planeta en la que nunca nadie me ha pedido la hora. Me costó 29€, no es un buen reloj. Por norma general no sé muy bien que decir cuando hablo de mí mismo.

JuanEmilio nos acompañó como fan número uno y estuvo a nuestro lado en cada minuto que duro el torneo. No jugó por decisión propia, pero eso no fue motivo para dejar de ser un palo más. Se puede decir que fue nuestro míster y un guía espiritual que nos mostró el camino cual estrella de oriente.

Nuestro amigo Fran vino con más energía y positividad que nunca. Llegó a la convocatoria con media hora de antelación. El resto del equipo llegó con media hora de retraso. Lo cual produjo que Fran estuviera esperando durante una hora que le vino bastante bien para relajar sus nervios. Los que conocemos a Fran sabemos que relajar sus nervios no es fácil y que a veces le juegan malas pasadas. Una vez se puso tan nervioso que cago en la nevera de su casa y puso los danones a enfriar en el váter. Fue una tontería muy grande que no supo rectificar, lo que produjo que tirara de la cadena, perdiera los danones y se comiera su propia mierda con cucharilla mirando los Simpson después de almorzar. Es un chaval que distribuye bien el juego.

En la portería contábamos con una nueva incorporación, un guardameta de lujo llamado Simón que últimamente convierte en oro todo lo que toca. Él solito subió a su equipo, el Playas de Calviá, a tercera división e hizo posible todo lo que sucedió en esa bonita tarde-noche en la que se celebró el torneo de Son Ferrer. Es un hombre que atraviesa un momento muy dulce de su vida, él lo sabe y se lo cree, pero siempre tiene los pies en el suelo, las manos en los guantes y los balones fuera de su portería.

Para el final he dejado a José María, la estrellita del equipo. Su aportación seguramente fue la más importante, pero preferimos no decírselo para que no se le suba a la cabeza. El año pasado se lo dijimos, se lo creyó, se emocionó y adopto un niño vietnamita como hacen los famosos. Tuvimos que llevarlo de psicólogos para que entendiera que era un chaval normal. Cuando lo entendió vendió a su hijo, que se había revalorizado, y con los beneficios de esa inversión se compró las botas con las que disputó el torneo de Son Ferrer. Todas las noches José María llora porque echa de menos a Lin-chao, su ex-hijo-adoptivo-vietnamita, lo que nos demuestra que bajo esa coraza se esconde un corazón sensible y una gran persona.

Ahora que conocemos un poco más a los jugadores, queda bastante claro que los Palos somos un equipo de gente muy humilde. Somos tan humildes, que nuestra mayor aspiración en la vida es formar una familia con una mujer semi-guapa y dos hijos que no mueran en su primer mes de vida. También somos gente muy conformista. Incluso hay uno en el equipo, el más conformista de todos, al que no le importaría formar una familia con una mujer espantosa y que tanto ella como su primer hijo murieran en el parto. Este es el componente menos humano del equipo, y no diré su nombre para evitar posibles consecuencias en su vida social. Lo queremos y punto. Él también nos quiere a nosotros, así que todo va perfecto y rodado.

Llegamos al torneo con la confianza que solo poseen los ignorantes, y nos plantamos en el primer partido seguros de que ganaríamos. Perdimos 3-0 contra Body Manía e hicimos un ridículo espantoso que nos llevó a sentarnos en la cantina y meditar un rato. ¿Quiénes éramos?, ¿de dónde veníamos?, ¿a dónde íbamos?, ¿por qué la gente mira tanto porno en internet?… muchas dudas existenciales, preguntas que no sabíamos responder y que bloqueaban nuestra personalidad y la capacidad de desplegar nuestro juego. Pero al poco tiempo alguien tuvo una brillante idea: Ir a comprar alcohol. Compramos 10 litronas y una botella de absenta, y decidimos poner una norma inquebrantable: beber un chupito de absenta antes de cada parido. Y para celebrar la decisión, nos tomamos el primero.

En la segunda jornada nos tocó descansar. Fue una lástima porque ese era el partido en el que yo me iba a destacar como mejor jugador del torneo. Ese partido de descanso lo utilizamos para ir al Burger King a comprar un cargamento de comida para todo el equipo, por que comer sano está muy bien, pero los fines de semana no hay que tocar los cojones con dietas y calorías, y el sábado en el que se celebró el torneo, caía en fin de semana.

Comimos, nos bebimos nuestro correspondiente chupito y nos plantamos en nuestro segundo partido. Ganamos de goleada, pero lo más destacable de ese partido fue un excelente control de Juanjo que termino en una fallida vaselina. Otros prefieren destacar el pase que Simón le dio a Juanjo en esa jugada, ya que si el control es medio gol, el pase debería ser medio control, lo cual hace que nuestro portero de tercera división fuera la verdadera pieza clave en ese lance del juego. Pip, pip, piiip. Termino el partido y no nos cambiamos las camisetas con el rival por un simple motivo de presupuesto. Pero si nos dimos la mano, que eso no cuesta tiempo ni dinero.

Nos tocaba el último partido de grupo, lo que también significaba que nos tocaba chupito de absenta. Jugamos y ganamos otra vez. Habíamos pasado la fase de grupos, cosa que decidimos celebrar con otro chupito de absenta. Aunque a estas alturas ya había algún que otro miembro del equipo que se había retirado de esta tradición. Gente a la que ya no saludo cuando la veo por la calle.

Llegó la semifinal y, aunque nos fue justo, ganamos 3-2.

Chupito de absenta

Nos tocaba jugar la final, ya que, por lo que nos explicaron, es lo que toca si ganas la semifinal. La jugamos y la ganamos 3-0 convirtiéndonos así en los campeones del torneo de Fútbol 7 de Son Ferrer.

Nos bebimos otro chupito de absenta, recogimos nuestro trofeo de campeones, José María cogió el de MVP y pichichi, la organización nos invitó a un cubata y nos fuimos todos a nuestra puta casa, que eran casi las 4 de la mañana y al día siguiente por la mañana había misa en la parroquia de Paguera.

Después del torneo nuestras vidas cambiaron mucho:

Miguel se hizo fisioterapeuta para curarse su lesión, pero una vez con el título en la mano se dio cuenta de que no podía masajearse su propia espalda, así que estudiar la carrera solo le sirvió para curar a su amigo Biel.

Biel, con la espalda recuperada gracias a Miguel, volvió al mundo del futbol, lo fichó un equipo Congoleño y su primer gol se lo dedico a Miguel, que estaba ingresado de forma perpetua en un hospital por culpa de su lesión de espalda. A Miguel le hizo tanta ilusión esa dedicatoria que alzo los brazos a modo de celebración, lo que le provocó su enésima contractura y la necesidad de ponerle morfina. A día de hoy, los médicos piensan que lo único que puede curar a Miguel es un trasplante de espalda. Sería el primer trasplante de espalda de la historia, y seguramente el ultimo. Su funeral será al día siguiente de la operación.

Javito no supo llevar el éxito. Después de ese sábado, salió de marcha para celebrarlo y todavía no ha vuelto a casa. Dos meses después, Lydia Lozano aseguraba en «Sálvame Deluxe» que Javito seguía vivo y que esa maratoniana marcha lo había llevado hasta Filipinas, donde lo vieron por última vez. Pero todos creemos que Javito ya no está entre nosotros.

Guillermo fue a empezar la siguiente temporada con el Atlético de Paguera. Pero como a todos, se le había subido el éxito a la cabeza y pedía que el club le pagara lo mismo que el Barça le paga a Messi. Evidentemente el club le dijo que se podía ir a tomar viento fresco, y hoy por hoy trabaja en una bolera tirando spray desinfectante en el interior de las zapatillas de los jugadores, de lunes a domingo y con horario partido. Una mierda de vida.

Juanjo trabajó tanto su físico después del torneo, que le salió un pulmón en la espalda por la parte de fuera. Cuando creyó que estaba a tope físicamente se presentó a la maratón de Nueva York, se perdió, no encontró la meta y siguió corriendo sin parar. El localizador GPS que los organizadores de la maratón le implantaron en el huevo derecho, dice que Juanjo lleva corridos ciento cincuenta mil kilómetros y que en ningún momento ha pasado de las 65 pulsaciones por minuto. Si te metes en la página www.juanjodontstop.com puedes seguir su hazaña a través de internet.

Chayanne, después del torneo fabrico unos cuantos gramos de Rohipnol e intento drogar a una niña de siete años. Por suerte, esa niña era campeona del mundo de Vale tudo y le metió una paliza tan grande a Chayanne que aun hoy se está intentando reconstruir su cuerpo para ser juzgado.

Yo, después del torneo quise probar cosas nuevas, así que me metí un chute de caballo de 34 gramos. La sobredosis no se hizo esperar y la adicción a esa droga tampoco. Hoy por hoy mi vida consiste en dos cosas: pincharme y escribir. Soy feliz, y según el señor que vive en mi bolsillo, soy el mejor del mundo.

JuanEmilio se compró unas gafas de sol, un traje negro, un pinganillo sin batería y hoy por hoy se gana la vida trabajando el aspecto motivacional de varios equipos de primera división y de su querido amigo Biel, considerado el mejor jugador de la liga congoleña.

Fran abandono el torneo antes de la final por motivos laborales, así que no fue hasta el día siguiente que se le informo de que habíamos ganado. Cuando recibió la noticia por vía telefónica se emocionó tanto que soltó el volante del coche. Iba a 230km/h por la autopista y bueno… ya os lo podéis imaginar.

Simón sumó otro éxito a su gloriosa carrera deportiva. La RAE aceptó el nombre «Simón» como sinónimo de «Éxito» y pusieron su foto en el diccionario. A pesar de todo esto, nunca dejó de tener los pies en el suelo y de llevar la humildad por bandera. Hoy por hoy se dedica a dar charlas por Estados Unidos explicándoles a los jóvenes estudiantes como se puede llegar a la grandeza a través del trabajo y el esfuerzo. Después de las charlas suele invitar a todos los asistentes a un chupito de absenta. Algunos de los asistentes son menores de 21 años, y en Estados Unidos la ley es bastante clara respecto al alcohol... en fin, Simón está en la cárcel sometido a cadena perpetua por emborrachar a miles de menores de edad por todo el país. Muchos congresistas piden la pena de muerte… vamos, que está bastante jodido.

José María, tras ser nombrado MVP volvió a crecerse y cayó en el mismo error de años atrás: adopto un niño vietnamita. Y la verdad es que nos sorprendió a todos. Esta vez José llevaba muy bien lo de ser padre, pero un día le dio una locura transitoria sin venir a cuento y se comió los órganos vitales de su hijo adoptivo. Hoy en día José está en un hospital psiquiátrico, semi-sedado todo el día, en una habitación acolchada y cantando en voz baja «Allá voy con el balón en los pies, y ninguno me podrá detener».

Ganar ese torneo fue el principio del final de los Palos.

domingo, 13 de febrero de 2011

11 Cuentos que no cuentan nada (Cuento undécimo)

Triángulo.



Capitulo 1:

INTRODUCCIÓN A LA TENSIÓN.

Le llamaban Pulimento. Era muy buen chaval y muy inteligente.

A ella le llamaban Claudia. La gente decía que de buena era tonta, pero tampoco era muy buena, así que supongo que era tonta y punto.

Al tercero le llamaban Gualdo. No sabría como describir a Gualdo, por que era un hombre cuya timidez dificultaba conocerlo.

A Pulimento siempre le había gustado Claudia, pero ella sentía atracción por Gualdo. Y Gualdo siempre había querido follarse a Pulimento. Cabe decir que Gualdo era gay. Era de esos hombres que han decidido desperdiciar su pene metiéndolo en el culo de otros hombres.

Pulimento no era gay. Era heterosexual, homófono y muchas otras cosas más. Pero gay no.

Claudia… Claudia era un zorrón que desconocía la palabra "sentimientos".

A Claudia le gustaba Gualdo a pesar de que eran hermanos gemelos desde que nacieron. Así que la atracción que Pulimento sentía hacia Claudia no era más rara que la que Claudia sentía hacia Gualdo ni que la que Gualdo sentía hacia el mismo Pulimento, por que Pulimento era hijo de Claudia.

Los psicólogos definen la atracción de Pulimento hacia Claudia como "el complejo de Edipo", pero el caso es que Pulimento quería zumbarse a su madre.

Por aquel entonces, ninguno de los tres conocía los deseos de los otros dos.

Pulimento pensaba que su madre, Claudia, veía a Gualdo como un hermano y que Gualdo lo veía a el cómo su sobrino.

Claudia también pensaba que entre Pulimento y Gualdo únicamente existía una relación tío-sobrino, y que la relación que la unía a ella con pulimento era la siempre sana relación madre-hijo, aun que ciertamente le extrañaba bastante que Pulimento, a sus 23 años, aun quisiera absorber la leche del cuerpo de su madre a través de ese biberón natural al que llamamos teta.

Y como no, Gualdo pensaba que Pulimento veía a su madre como una madre y punto, y que su hermana lo veía a el cómo un hombre que no le despertaba ningún sentimiento que se alejara del cariño natural que los hermanos sienten entre si.

Este triángulo amoroso y familiar no podía terminar bien, ya que la tensión sexual que se respiraba era tal, que en ocasiones llegaba a cobrar forma física.



Capitulo 2:

EL PASO Y SUS CONSECUENCIAS.

Habían pasado dos años y la situación habia sufrido cambios notables. Todo ello era fruto de una reacción en cadena. Lo que se conoce como el efecto dominó.

Pulimento ya le había comentado a su madre todo lo que sentía, y su madre, que no veía el sexo como una opción, sino como una obligación, había decidido que, visto lo visto, debían fornicar. Y fornicaron.

A Claudia, lo único que le frenaba a la hora de decirle a su hermano Gualdo que quería darle caña en el aspecto sexual, era el hecho de que eran hermanos. Pero después de la relación que había mantenido con su hijo, se había animado a saltarse el lazo familiar también con su hermano. Así que se lo comentó, y Gualdo, que no sabía decir que no, a nada, accedió a la propuesta.

Ese círculo vicioso lo acabaría cerrando Gualdo con Pulimento. Gualdo estaba súper animado por que todo el mundo había obtenido respuestas positivas. Por eso, el sentía la obligación de echar el resto y arriesgar con su sobrino. Se produjo una conversación incomoda que Gualdo supo manejar a la perfección usando mucha psicología y tirando de su don de gentes:


- Pulimento, tu y yo nos conocemos hace mucho tiempo, ¿eh?.

- Claro, eres mi tío. Te conozco desde que tengo uso de razón.

- Llámame Gualdo, me incomoda que me llames tío, no quiero que me tengas ese respeto que se le tiene a los familiares, prefiero que me veas como a un amigo.

- De acuerdo... Gualdo. Intentare rectificar eso.

- Bueno pues... ahora que ya no soy tu tío ni, por lo tanto, tu mi sobrino y hemos pasado a ser amigos...

- ¿A dónde quieres llegar Gualdo?- le interrumpió Pulimento.

- Quiero llegar hasta el fondo. Quiero que demos el paso.- Gualdo empezaba a precipitarse

- No entiendo lo que me quieres decir- Volvió a interrumpir Pulimento, que no tenía ni puta idea de lo que quería decirle su tío.

- ¿No lo entiendes?

- No.

- Quiero hacerte el amor.

- Haber empezado por ahí- Contesto, de forma sorprendente, Pulimento.


El triángulo amoroso se había cerrado. El efecto dominó que Pulimento empezó con su madre, empujando la primera ficha del amor, había hecho un recorrido circular que terminó, literalmente, detrás suya.



Capitulo 3:

MADURACIÓN Y TRAGEDIA.

Claudia llevaba un año intentando repetir. Intentando zumbarse otra vez a su hijo y a su hermano, pero la cosa no había vuelto a fraguar. Para ella la situación era perfecta, por que tenía dos hombres a su disposición. Pero Pulimento llegó a un razonamiento lógico... logiquísimo: "si le hago el amor a mi madre, al final, por razones que no entiendo, mi tío me acaba dando por el culo a mi". Así que Pulimento no volvió a acceder al sexo materno-filial. Y sin pulimento empujando la primera ficha de ese dominó sexual, no se volvió a producir el efecto dominó.

No hace falta decir que Pulimento no disfruto de su relación con Gualdo tanto como Gualdo disfrutó de su relación con Pulimento. En esa cama solo disfruto uno, y a eso no se le puede llamar amor.

Gualdo era un hombre muy bien dotado, lo que llamaríamos un súper dotado, y no precisamente a nivel intelectual. Si a esto le unes que en el momento en el que mantuvo la relación con su sobrino, este era un joven virginal, comprendes por que Pulimento llevaba un año ingresado en el hospital con un desgarro anal que los médicos calificaban como "irrecuperable".

Claudia ya tenía un niño de tres meses resultado de la famosa partida de dominó entre familiares que se produjo un año atrás. Pero no sabia si el hijo era de pulimento o si era de Gualdo.

Si ese hijo fuera de Gualdo, Gualdo seria su padre y su tío. Si fuera de Pulimento, Pulimento seria su padre y su hermano. Pero poca importancia tendría todo esto cuando Claudia pensó que por A o por B, su hijo iba a tener un padre maricón. No era una situación que le hiciera demasiada gracia, así que puso fin a toda esta historia de una manera un poco drástica: cogió a su hijo y lo tiro a la basura.

viernes, 11 de febrero de 2011

11 Cuentos que no cuentan nada (Cuento décimo)

Rutas comerciales.



En aquella época las rutas comerciales eran zonas donde se repartía sexo a diario. Era muy cómodo, por que en una ruta comercial todo el mundo está de paso. Hoy folló aquí, mañana allí y si te visto no me acuerdo. Y si me acuerdo te vuelvo a follar. Eran zonas sexualmente muy activas.

Chencho es el heroe de esta historia. Era un hombre que padecía una seria enfermedad psicológica. "Adicción al sexo" era como el psicólogo le había dicho que se llamaba su problema. No era un problema feo. Es mas, yo diría que era un problema precioso.

Chencho tuvo la mala suerte de criarse en un pueblo y en una época muy tocados por el azote de la iglesia. Ya se sabe que la iglesia tiene una cierta obsesión con el tema sexual. Chencho también tenia obsesión con ese tema, pero evidentemente eran obsesiones que iban por caminos distintos. Yo, como autor del cuento, deberia mantenerme al margen y no entrar a opinar sobre que obsesión era mas buena o mas mala; mas lícita o mas ilícita; mas correcta o mas condenable. Pero también como escritor del cuento, gozo de una completa libertad con la que me permito decir que la iglesia era gilipollas y que Chencho tenía una obsesión muchísimo mas lógica que la que tenían esos meapilas con sotana. Además, si tenemos en cuenta que el Padre Risto Ribagorza, capellán del pueblo, había hecho uso de la mayoría de niños de la zona, utilizando las clases de catequesis para practicar juegos muy poco éticos, podemos decir que este señor no estaba en una posición muy adecuada para dar lecciones de moralidad.

Uno de los juegos favoritos del Padre Ribagorza, era el "Twister cristiano". Un nombre con mucho gancho. Era un juego infantil que el mismo se había inventado. Las normas eran simples, pero no las voy a explicar, mas que nada por pereza. Eso si, la finalidad del juego estaba clara: todos los niños tenían que acabar desnudos. Por eso, siempre que se terminaba una partida de Twister cristiano, te encontrabas con la siguiente situación: un cura con la sotana por tobillos, un crucifijo de látex en una mano y la Biblia en la otra; cuatro niños desnudos y Barry White sonando de fondo. Este es un momento perfecto para cambiar de tema. Así que cambiemos.



Chencho enseguida se convirtió en un tema de debate dentro del pueblo. Ese chaval, poseído por los deseos carnales que otorga el diablo, incomodaba mucho a la población. Sobre todo a la femenina, por que otra cosa no, pero heterosexual lo era, y mucho.

La situación de incomodidad general que Chencho provocaba en el colectivo femenino, enseguida llegó a oídos del vaticano, que envió un comando formado por cinco jinetes que conocían a la perfección las leyes del señor y que, por lo tanto, estaban en una posición ideal para emitir un juicio.

Ciento ochenta y siete días mas tarde, ese comando llegó al pueblo. Pero solo eran tres. Dos habían muerto en el largo camino. El primero murió por deshidratación y el segundo murió por solidaridad con el primero. No fueron perdidas muy importantes.

El juicio de Chencho comenzó el dia primero de Agosto y se convirtió en un despiadado cruce de acusaciones entre Chencho y la Iglesia.


-Tu has violado a cuatro niñas, incluida tu hermana.- Aseguraba el padre Risto

-Tus diez mandamientos son diez mierdas.- Contesto Chencho con el descaro que le caracterizaba.

-Tu te portabas mal en catequesis.- Las excusas de Risto empezaban a perder fuerza

-Normal, la clase de catequesis era un mierda.- Chencho parecia tener una respuesta para todo lo que dijera Risto.

-Tu nunca has estado dispuesto a aprenderte ni una oración-.

-Pero me aprendí los siete pecados capitales. Y pienso que deberían ser siete obligaciones y no siete prohibiciones.- Todos los presentes se miraron y asintieron con la cabeza como diciendo "no es del todo mentira".


El "tu hiciste esto y tu aquello" se alargo durante un día y otro día y otro día. Hasta el 5 de Agosto del año siguiente. Ese día, Chencho llevó a cabo una acusación que pondría pausa a toda esa pantomima: "Cuando jugamos al twister cristiano, solo se divierte el cura".

Los tres jinetes de la justicia preguntaron que era el twister cristiano. Obtuvieron dos respuestas.


La respuesta del padre Risto Ribagorza fue espesa y confusa, y además se le notaba extremadamente nervioso:

"Es un juego infantil que consiste en pasárselo bien. Yo hago de arbitro para que todo sea justo y para asegurarme de que los críos se divierten sin freno"


La respuesta de Chencho fue una exposición magistral de las verdaderas reglas del juego:

"Es un juego que ningún niño del pueblo entiende. Consiste en hacer girar una flecha sobre un cartón. Cuando la flecha para, siempre queda señalando el dibujo de alguna parte del cuerpo. Pero eso da igual. Quede donde quede la flecha, una vez que para, el Padre Risto dice que te debes quitar toda la ropa. Cuando todos los niños están desnudos empieza la segunda parte del juego..."


"STOP!!!". Gritó uno de los jinetes de la justicia.

Tanto Chencho como Risto Ribagorza fueron obligados a abandonar el pueblo. Risto por pederasta y Chencho por que olia a mierda. Los dos se fueron cogidos de la mano.

Al cabo de cuatro días, el destino los tenia deambulando por un desierto, y fue alli cuando un trasatlántico de quinientas mil toneladas le paso por encima al padre Ribagorza y acabo con su vida. Solo quedó el alzacuellos. Como no tenia ningún sentido que hubiera un barco cruzando el desierto, Chencho decidió pensar que había sido cosa de Dios, que todo lo puede. Esa explicación nunca le llegó a satisfacer del todo. Pero como tampoco le preucupaba mucho, siguió su camino.


*NOTA DEL AUTOR*

Amigos lectores. Hasta ahora no hemos aprendido nada ni con esta historia ni con las demás, y la cosa no va a cambiar con la siguiente, que es la última. Pero a estas alturas del cuento seguramente os estéis preguntando "¿Que tiene que ver todo el cuento con el tema de las rutas comerciales?", "¿como lo enlazara todo?", "¿que magistral giro del destino nos tiene preparado el autor?", "¿etc.? ".

Pues prestad atención. Por que el siguiente giro argumental se ha visto pocas veces en la historia de la literatura.

*NOTA DEL AUTOR FINIQUITADA*


Chencho estaba en el desierto, sin cura, sin agua y con ocho buitres rondando el cielo: señal inequívoca de una muerte cercana en el tiempo. Entonces parpadeó. Cerró los ojos y al abrirlos, como por arte de magia, estaba en mitad de la antigua ruta comercial de las especias a miles de kilómetros de ese desierto que se había tragado al Padre Ribagorza.

Ahí, en la ruta comercial, encontró el paraíso. Sus necesidades eran satisfechas multitud de veces al día. Con hombres, con mujeres, con melones que había dejado un rato al sol, con algun que otro animalito y, por raro que suene, con piedras. Hasta el fin de sus días estuvo haciendo lo que mas le gustaba: Penetrar. Penetró tanto que llegó a padecer todas las enfermedades venéreas existentes y algunas que ni si quiera existen. Pero ninguna de esas enfermedades pudo con el.

Chencho moriria por tuberculosis pero feliz a la edad de ochenta y nueve años. Como exigía en su testamento, fue enterrado boca abajo, desnudo y con el alzacuellos del Padre Risto Ribagorza enfundado en una zona del cuerpo en la que, para ser finos, diremos que lo que alzaba no era el cuello.


domingo, 23 de enero de 2011

11 Cuentos que no cuentan nada (Cuento noveno)

Excálibur.



Olvidad todo lo que sabéis del Rey Arturo y de su espadita. La historia oficial esta plagada de mentiras: Que si su madre murió al poco de nacer el, que si su padre era un rey, que si la tutela de Arturo fue cedida por parte de su padre a un mago llamado Merlín, que si Merlín le enseñaba ciencias y magia, y lo mas importante, el tema de la espada Excálibur. Bueno, quizás no sean todo mentiras. Pero si que son verdades a medias.

¿Como se todo esto? Os preguntareis. Pues muy fácil. Lo se, por que yo estuve allí.

Corría el siglo VI después de cristo. Yo trabajaba en un mercado londinense con una propuesta comercial poco adaptada a los tiempos que corrían. Me dedicaba al "top manta". La idea era buena, muy buena. Solo existía un pequeño problema de logística. Y es que, en el siglo VI, el disco compacto (CD) aun no se había inventado, así que no quedaba muy claro que era lo que vendía. Algunos se aventuraron a decir que era un visionario, pero la cruda realidad es que fracase como mercader.

La miseria me llevó, irremediablemente, a arrastrarme por la calles de Londres. Y fue entonces, el dia 14 de julio del año 516 d.C., cuando vi por primera vez la espada Excálibur. La llevaba un niño llamado Arturo que padecía un cierto retraso mental. Y si quereis que os diga la verdad, era una mierda de espada que no servía ni para cortar mantequilla.

Ese dia yo me estaba echando una siesta en el cruce de Saint James Park con Palmer Street. El chaval se me acercó y empezó a contarme su vida. Una vida muy distinta a lo que posteriormente han relatado las leyendas, los cuentos y la profesora de parbulos de mi hijo pequeño.

Me explicó que, en su vida, todo había sido muy complicado. Que su retraso mental nunca había sido bien visto dentro de su familia y, que ese mismo retraso, fue el motivo por el que su madre se suicidó. La nota de suicidio que dejó esa buena mujer era tan clara, como ofensiva y traumática para el pobre Arturito. Decía así: "Para tener un hijo tonto, prefiero morir". Y murió.

Su padre se tuvo que encargar de su tutela. Siempre se ha dicho que ese señor era un rey y, efectivamente, lo era. Era el rey de las tabernas. Se tiraba desde que se despertaba a las 14:00h, hasta que se iba a dormir a las 5:27h, bebiendo cerveza y alguna que otra copita de hierbas mallorquinas de importación. Un dia se dio cuenta de que no podía compaginar la vida de alcohólico con la de padre. Tenia que tomar una decisión muy difícil. Y como desintoxicarse siempre ha sido mas complicado que abandonar a un niño, se deshizo de su hijo. Se lo vendió a un hombre llamado Merlín que creía que tener un palo negro con los bordes blancos lo convertía en mago. Pero la verdad es que jamás lo vi hacer un truco de magia. A no ser que disfrazarse de mujer los fines de semana se pueda considerar magia.

Como os podéis imaginar, la educación de Arturo no avanzo absolutamente nada durante los años que pasó con Merlín. Así que un dia le dijo: "Merlín, me voy a emancipar y voy a construir mi propia espada". Merlín no entendió muy bien a que venia eso de la espada, así que decidió obviarlo y le contesto: "Arturito, Arturito... Antes de emanciparte tienes que pasar una prueba". Arturo asintió con la cabeza y Merlín abuso de el toda la noche. ¿Como iba a imaginar el que la prueba consistia en eso?. A la mañana siguiente, Merlín le dijo a A rturo: "Prueba superada. Ya te puedes ir a tomar por culo".

Arturo había conseguido su libertad y otro trauma. Esta vez, un trauma sexual.

Una vez libre, quiso cumplir su sueño. Así que se fue a construir su espada. Cogió un palo de madera, le lijó un poco los bordes, le puso un trozo de tela como empuñadura y para alante. Arturito ya tenia su espada, y la bautizo como Excálibur. El creía que tenia un arma de destrucción masiva, cuando en realidad lo que tenia era un simple palo. Supongo que ahora entendéis por que digo que Excalibur era una espada de mierda.

El dia que me contó su vida, me di cuenta de que se podía ser infinitamente mas desgraciado de lo que yo era y ni tan siquiera darte cuenta. Arturo era la prueba. Quería comerse el mundo con su espada, ir a torneos de espadachines, luchar y ganar. Ese chaval enseguida se gano mi corazón, y como me di cuenta de que con esa espada, lo único que podía conseguir en un torneo, era que lo mataran, se la quité. Vi una piedra con un agujero, metí la espada y, con esos conocimientos adquiridos durante mi época de albañil, rellené el hueco con un poco de cemento-cola. Lo siguiente que supe sobre esa espada, fue al cabo de cuatro años. Alrededor de ella se había forjado una leyenda que decía que el que la sacara de la piedra se convertiría en el rey de Inglaterra. Esto congregó a un montón de gente que intentaba sacar la espada de la roca. Pero nunca lo consiguieron. Esa gente estaba perdiendo el tiempo. Que no la ilusión. Y aún que la leyenda dice que Arturo, fue y la saco; es mentira. Nunca, nadie sustrajo a Excalibur de la roca.

Realmente, la vida de Arturo fue por otro cauce. Se hizo mayor y, al igual que su padre, se volvió alcohólico. Después de varios años arrastrándose de taberna en taberna, se reencontró con Merlín. Como por arte de magia (y este es el único truco de magia que recuerdo de Merlín), el trauma que Merlín le había provocado a Arturo a base de violaciones, se convirtió en amor. Fue algo reciproco. Así que empezaron a salir juntos. Después de un año saliendo, se fueron a vivir a un loft que Merlín tenia a orillas del Támesis. Y después de cinco años de convivencia, se casaron, fueron felices y comieron pollo por que la carne de perdiz iba muy cara.

Un final precioso. Tan precioso como el resto de su vida en pareja. Una vida en pareja que termino el dia en el que la Santa Inquisición se enteró de la existencia de esa relación homosexual y los quemó a los dos en la hoguera. Pero esto, es harina de otro costal.