martes, 8 de enero de 2013

EL HOOLIT: Un viaje inesperado a Castilla Leon.


LIBRO PRIMERO:
La comunidad del amorcillo.

Hace tiempo. Mucho tiempo. Mas del que puedas imaginar... a no ser que puedas imaginar un periodo de tiempo de cinco meses. Si puedes, entonces no hace tanto tiempo. Porque hace eso... cinco meses.
Bueno, pues lo dicho... hace cinco meses, sucedió una historia en un mundo fantástico en el que solo tienen cabida grandes aventuras, legendarias batallas, mitológicas tempestades y hermosísimas historias de amor. Era un mundo llamado la Tierra Ancha, donde moraban y convivían en paz y armonía varias razas. En ese mundo existía una isla llamada Mallorca, y fue partiendo de esa isla, y durante un largo viaje hasta Castilla Leon, donde tuvo lugar esta gran aventura.


··········


LAS RAZAS DE LA TIERRA ANCHA

ELFOS:
Guapísimos ellos. Se caracterizan por ser la raza mas chula de todas. Todo el mundo dice lo mismo: «Parecen maricones». Pero todo el mundo quiere ser un Elfo. Los Elfos son inmortales, y eso, quieras o no, está bastante guay.

HUMANOS:
Fáciles de corromper, egoístas, pecadores y, en la mayoría de los casos, desleales. Los hombres creen ser la mejor raza, pero como suele pasar siempre con los que creen ser los mejores, no lo son. De hecho son mierda. Pero mierda de la buena.

ENANOS:
Bajitos, regordetes, con una mala hostia que te cagas y, en la mayoría de los casos, con un rabo de mas de 35cm, que adosado a ese pequeño cuerpecito, el efecto óptico hace que parezca medir 60cm, algo casi ofensivo para el resto de razas.
También existen los humanos enanos, pero no son una raza; son personas enfermas. A los Enanos de verdad, los de la polla grande, no les gusta que a esa enfermedad humana se le llame enanismo, pero como a los Enanos todo les molesta, se ha optado por ignorarlos, cosa que también les molesta bastante.

MADRIDISTAS:
Seguidores del Real Madrid y retrasados mentales en la mayoría de los casos. Por no decir en todos. Algunos simplemente son buenas personas que en algun momento de su infancia se equivocaron de orientación deportiva. Son eternos errantes que maldicen la decisión que tomaron cuando eran jóvenes y manipulables. Dan lástima, pero al mismo tiempo inspiran ternura.

ORCOS:
Es una raza malvada, maloliente, malintencionada y cualquier adjetivo que lleve el prefijo «mal-», exceptuando el adjetivo «malbondadosos», ya que a parte de ser una contradicción de términos, es una palabra que me acabo de inventar, gilipollas.
En definitiva, los Orcos son la personificación de la maldad, y aunque a algunos humanos físicamente horribles también se les llama Orcos a modo de burla, los propios Orcos nunca se han mostrado ofendidos por ese uso de la palabra Orco.
¿No les molesta porque tienen sentido del humor? No. No les molesta porque no lo comprenden. Los Orcos, a parte de dar asco, son tontos. Pero tontos de verdad. No tontos de «Joder, no es muy espabilado», no. Tontos de «Pero pedazo de subnormal retrasado». De esos tontos. Tontos totales. Tontísimos.

HOOLITS:
Los Hoolits son la raza a la que pertenece el protagonista de nuestra historia. Estos son físicamente similares a los humanos, pero varias son las características que los diferencian de ellos. Los Hoolits no se corrompen jamás y son extremadamente leales. Los Hoolits son bajitos y sigilosos, lo que los convierte en perfectos saqueadores. También son una raza amante de las tecnologías de mensajería gratuita y muy buenos, buenísimos, a la hora de realizar el doble backflip con tirabuzón. Todos dominan esa acrobacia, aunque nunca se ha comprendido demasiado esa habilidad Hoolit. Los Hoolits son la puta polla. Aun que hay gente que asegura que «la puta polla» son los Enanos. Ahí. siempre ha habido debate. Un debate que suele terminarse cuando algun enano se baja los pantalones. Pero este es un tema a parte.

··········


Nuestro protagonista es un Hoolit llamado Juli que se enamoró de una Elfa llamada Criselgard. Nunca se había dado una historia de amor interracial entre Hoolits y Elfos en toda la historia de la Tierra Ancha, pero es que nuestro Hoolit era muy especial. Casi tan especial como la historia que protagonizó.
Esa historia de amor tuvo lugar durante el vigésimo segundo verano de la cuarta edad, y venía descrita en los manuscritos originales de la Tierra Ancha. En esos libros milenarios se hablaba de como un ser de raza envidiable (Criselgarld la Elfa), sucumbiría ante los encantos del mejor ser de una raza de mierda (Juli el Hoolit), y viceversa. Algo a lo que muchos llamaron «Hoolits y Elfas y Viceversa». Fue así, con este desborde de sentimientos recíprocos, como la tercera predicción del libro séptimo de los manuscritos de la Tierra Ancha, se hizo realidad. Pero, como también predecía el libro, ese amor tendría que separarse cuando llegara el ocaso del verano. La Elfa, debería volver con los suyos, y el Hoolit no podría hacer nada para evitar esa trágica separación. Y así fue como terminó la historia de amor mas genial jamás contada. O así fue como debería haber terminado si nuestro Hoolit no hubiera sido tenaz y constante.
Cuando parecía que todo había acabado, el Hoolit encontró otro manuscrito, uno que decía que esa relación podría retomarse gracias a la fuerza del amor, y que de echo, el destino de la Tierra Ancha dependía de que ese amor triunfara, ya que ese amor sería el que iba a verter luz sobre las tinieblas. También hay que decir que ese manuscrito lo había escrito el propio Hoolit para motivarse a la hora de emprender su viaje... su viaje a Castilla Leon.
El Hoolit formó un equipo compuesto por otro Hoolit llamado Jesusete, un Orco, un Humano y dos Enanos que iban uno encima del otro dentro de una gabardina para dar la impresión de que se trataba de otro humano.
Y con este equipo, el Hoolit, emprendió el viaje mas increíble que hayan albergado jamás las vastas extensiones que forman la tierra ancha.
Seguimos grabando.


LIBRO SEGUNDO:
Las dos flores.

—(Jesusete): Cuenta con mi daga.
—(Orco): Y con mi lanza.
—(Humano): Y con mi danza.
—(Hoolit): ¿Como?
—(Humano) Con mi danza... con mi baile... no se, rimaba con «Lanza». Creí que la broma podía gustar.
—(Hoolit): No estamos para bromas creo yo...
—(Enanos): Cuenta con nuestros cipotes. Jiji.
—(Hoolit): … mirad, empecemos el viaje ya.

Después de esa conversación, Juli, el Hoolit mas conocido de toda su comarca, empezó a andar seguido por ese comando de incompetentes.
Cuando solo llevaban andados doscientos metros de aventura, antes de que ni siquiera se pudiera utilizar la palabra aventura. Cuando solo podíamos utilizar la palabra «paseo» para definir esas primeras andaduras, un autobús de linea atropello al Orco, al humano, a Jesusete y a los dos Enanos. Todos murieron muy en el acto, así que Juli el Hoolit tuvo que seguir su viaje en solitario.
Al Hoolit la soledad empezó a volverlo loco, y su largo camino a pie hasta el aeropuerto de Palma de Mallorca, para coger el vuelo 2398W de Ryanair con destino a Castilla Leon, no ayudó a que esa locura fuera a menos. Dejó de dormir por las noches, empezó a hablar solo, e incluso llegó a encender fogatas con dos piedras, cosa que tendría mucho sentido si no fuera por que el Hoolit llevaba un mechero en el bolsillo.
En su cuarto día de viaje, cuando ya podía ver el aeropuerto en el horizonte, Juli se encontró con una maravilla de la naturaleza: dos tulipanes que habían crecido lejos de su hábitat. El se tomó eso como una señal del destino, así que los cogió, los bautizo como «las dos flores» porque sus conocimientos de botánica eran nulos, y se dijo a si mismo que esas dos flores llegarían con el hasta Castilla Leon, donde Criselgard lo esperaba. También es verdad que el Hoolit se lo tomaba todo como una señal del destino, por eso llevaba en la mochila dos piedras que el decía que tenían forma de corazón, un trébol de cuatro hojas que solo tenía tres, tres ramas de árbol que si las ponías en el suelo, según él, se podía leer «J x C», un mando de la Playstation porque decía que el amor era un juego, e infinidad de cosas mas que hicieron que su mochila pesara 117 kilos. Un pequeño lastre que no hizo mas que aumentar la épica de esa bellísima historia de amor.
42 días después de su marcha, el Hoolit por fin llegó al aeropuerto. Allí cogería el avión que lo iba a acercar a su amada, aun que antes de cogerlo tuvo que pagar 50€ a Ryanair porque no había ido con el billete de embarque imprimido. También le dijeron que tenía que dejar la mochila, porque con tanta mierda dentro no le podían permitir pasarla como equipaje de mano. A él todo eso le daba igual... cualquier muro, cualquier barrera, cualquier obstáculo que pudieran ponerle, se convertía en nada cuando pensaba en el objetivo de su aventura.
El Hoolit partió hacia su asiento: el 16A. Ventanilla. Como a él le gustaba. Y cuando pensaba que nada podía hundirlo y que lo peor ya había pasado, una azafata se le acercó y le dijo «Señor, vamos a despegar, tiene que apagar el móvil». El Hoolit gritó «NOOOOOOOO» durante 13 segundos, le envió un Whatsapp a Criselgard avisándola de que el avión despegaba, apagó el móvil, e inicio la tercera parte de su aventura. Esta vez sin compañeros, pero con dos flores entre sus manos, que había conseguido embarcar destrangis.

LIBRO TERCERO:
El trastorno de Rey.

Tras 17 horas de vuelo, el avión de nuestro Hoolit recibió tres ataques de dragones, uno de ellos un dragón de fuego, el otro un dragón de hielo y el otro, el menos peligroso de los tres, un dragón de pétalos de rosa, un ser imponente a la par que inofensivo.
Una vez sorteados esos ataques y tras tocar tierra en Castilla León, Juli pudo ver que sus dos flores se habían marchitado. Es lo que tienen los tulipanes, que enseguida se echan a perder, así que los tiró al suelo con tanta fuerza y rabia que el propio gesto lo desequilibro haciéndolo caer a el también. El Hoolit cayó al lado de un anillo dorado que llevaba una inscripción en élfico por su parte interior. Juli, que en todo veía una señal del destino, no la vio en ese anillo, a pesar de que se trataba del anillo de poder, forjado por el nigromante en las tierras baldías, y que otorgaba a su portador poderes sin limite. Bueno, pues Juli cogió el anillo y lo tiro en la primera papelera que vió, con dos cojones.
Y tras deshacerse de lo que seguramente fuera el objeto mas valioso de toda la Tierra Ancha, Julí empezó su tercera parte del viaje: el camino al castillo de Criselgard. Fue un trayecto de 10 minutitos, ya que Criselgard construyó su castillo al lado del aeropuerto. Le gustaban los aviones y... yo que se... también estaba un poco loca. Locura que se agravo al no poder dormir por culpa de los ruidos provenientes del aeropuerto, cosa que no tuvo en cuenta durante la construcción de su morada.
Cuando Juli llegó al castillo de su amada toco la puerta, pero nadie abrió. Así que volvió a tocar y tocar y tocar. Insistió, hasta que al cabo de 17 minutos, la bisagras de la puerta rechinaron, esta se abrió y... ahí estaba, Criselgard, con su traje de seda élfica, bastante despeinada y con infinidad de tics nerviosos que le recorrían el cuerpo por culpa de los 35 días que llevaba sin dormir debido al ruido de los aviones. El Hoolit sonrió.

—(Criselgard): ¿Quien eres tu, quien soy yo, quienes somos nosotros?
—(Hoolit): Criselgard, soy Juli, el Hoolit que conociste en Mallorca.
—(Criselgard): Aviones, pájaros, fuego, ruido, dormir. DORMIIIIIR. Hola Juli, ¿como estas? Te he echado mucho de menGARGOLAS, VIENTO, PESADILLAS.
—(Hoolit): ¿Estas bien Criselgard?
—(Criselgard): Si, no, no se. ¿Que miras?

El Hoolit enseguida vio que Criselgard necesitaba descansar, así que le aplicó una llave marcial secreta, que consistía en asestar un rodillazo en la mandíbula a la persona objetivo. Con esta llave se conseguía que la persona se durmiera durante 36 horas. 36 horas que le vinieron genial a Criselgard para recuperar su cordura y los sentimientos que habían quedado sepultados bajo toneladas de brotes esquizofrénicos.
Al despertar, Criselgard reconoció al Hoolit y lo abrazó con fuerza. El Hoolit devolvió el abrazo. Y asi estuvieron durante 5 minutos, hasta que uno de ellos, el mas cuerdo, dijo «este abrazo igual se esta alargando...». «Si, se nos esta yendo de las manos» dijo el otro. Se despegaron, se contaron todo lo que habían vivido desde el día en que se separaron, y se fueron a dormir juntos a la alcoba del padre de Criselgard.
El padre de Criselgard era el Rey de la corte élfica de Castilla Leon. Era un hombre mayor y respetado, pero vivir al lado del aeropuerto le afecto aun mas que a su hija. El Rey perdió los estribos de tal manera, que su trastorno, lo que la rumorología popular conocía como «el trastorno del Rey», lo llevó a cometer múltiples asesinatos a sangre fría y a plena luz del día. Nunca se le condeno por esos crímenes por un simple motivo: porque él era el Rey. Y el Rey tenía inmunidad diplomática y todo lo que le saliera de los cojones.
Bueno, ahora que conocemos al Rey y sus problemas, nos podemos hacer una idea de lo que pasó cuando vio que su hija, una elfa de buena familia, estaba durmiendo con un Hoolit de mierda, y en su propia cama.
Pero para los que no os hagáis una idea porque sois subnormales sin imaginación, os lo contare: El rey secciono la cabeza de el Hoolit, le abrió las tripas, se meó en sus entrañas, se cago en su pecho y colgó su cabeza en el despacho real como si fuera un trofeo de caza.
El Hoolit murió y Criselgard quedó sola. Lo que hizo que el amor no triunfara y las tinieblas se cernieran sobre la tierra ancha terminado con toda la vida que esta albergaba.

Fin.
¿Fin?
Si. Fin.

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