EXTRACTO DEL LIBRO «EL ASOMBROSO VIAJE DE EVARISTO»
Año 2020:
El
día de mi marcha al futuro, el 22 de abril de 2020, el Barça se
jugaba contra el Al-Mohamet el paso a la final de la Champions
League. El Al-Mohamet era un equipo que solo tenía tres años de
vida, pero que, gracias a que sus directivos cagaban billetes
perfumados de quinientos euros, habían subido como la espuma
fichando a Diestro y Siniestro, dos jugadores de banda que traían
locas a las defensas de todos los equipos, lo que convirtió al
Al-Mohamet en uno de los rivales mas temibles del viejo continente.
Diestro y Siniestro eran hermanos gemelos y, al mismo tiempo, los
jugadores de moda en el panorama futbolístico mundial. Lo mas
curioso de todo esto, era que Diestro era zurdo, y Siniestro,
diestro. Cosas que tiene esta puta vida.
Once años atrás, en el
año 2009, el Barça había ganado seis títulos, convirtiéndose así
en el mejor equipo de todos los tiempos. Unos años mas tarde,
Guardiola, artífice de la época mas gloriosa de la historia del
club catalán, dejó al equipo mas tirado que una puta colilla y
abrió un bar de maricones que se llamaba «3-4-3» en el que todo
valía y nada estaba prohibido. Guardiola triunfó con ese oscuro
garito de perdición.
Después de la «era Guardiola», el
Barcelona pasó bastante desapercibido en todo el panorama
futbolístico. Pero en el año 2020 se le presentó la posibilidad de
jugar una final de Champions League en el Santiago Bernabéu. Estadio
que en esa época ya se llamaba «Estadio Tito Floren» y al que se
le había dado un baño de oro de 10cm de espesor. Ganar esa final
iba a suponer un hito en la historia del deporte, ya que el Barça,
gracias a una subvención del Ministerio de Igualdad y Asuntos
Sociales, tenía jugando en el once titular a cinco niños con
retraso mental severo, dos tetraplégicos en las bandas, una mujer
que siempre estaba en fuera de juego, un perro pastor que ladraba muy
fuerte y a Leo Messi, al que algunos incluían en el grupo de niños
con retraso mental, asegurando que, en lugar de cinco, eran seis.
Pero para que esta hazaña se hiciera realidad, el Barça primero
debía eliminar al Al-Mohamet.
Todo esto a mi me importaba bien
poco, ya que yo era simpatizante de Real Oviedo. Y cuando este perdió
su plaza en Primera División, decidí simplificar mi afición al
fútbol hasta niveles casi ofensivos, convirtiéndome en simpatizante
de el que fuera el mejor equipo en cada momento. Así que me hice del
Newteam de Óliver y Benji. Un equipo ficticio que me dio muchas
mañanas gloriosas mirando el Club Megatrix.
Pero el tema aquí,
es que todo el mundo estaba muy mentalizado con la remontada del
Barça, ya que con esa plantilla de desgraciados se ganó la simpatía
de todos los españoles. El Barça no lo iba a tener fácil, ya que
el resultado que traía del partido de ida, era muy, pero que muy
adverso. Un 23-0 para ser concretos. Algo prácticamente
irremontable. De hecho, en las paginas de apuestas, la remontada se
pagaba con siete millones de euros, combustible gratis para toda la
vida, un chalé en la Costa Brava y dos Ucranianas dispuestas a todo,
por cada euro apostado. Hubo gente que le metió dos euros a esa
apuesta. Inconformistas que querían el doble de lo máximo.
Pero
aun asi, con todos esos factores en contra, los blaugrana hicieron
una campaña publicitaria muy potente para que la gente llenara el
campo y animara a sus ídolos. En esa campaña se dijeron tópicos
como «Si ellos nos han podido meter veintitrés goles, por qué no
vamos a poder meterselos nosotros a ellos». La respuesta era obvia.
Pero a la gente le gusta bastante vivir engañada. Y si para ello hay
que agarrarse a un argumento de ese calibre, pues se hace y
punto.
Bueno, el partido empezó a las 20:45h, y a las
21:00h el Barça ya perdía 0-6. Hubo gente que empezó a decir «Si
ellos nos han metido veintinueve goles, por qué no vamos a poder
metérselos nosotros a ellos», pero ya no lo decían con la misma
energía. Y algunos de los que dijeron esa tontería, recibieron
palizas a manos de pequeños grupos radicales de gente realista.
El
resultado del partido fue un 0-36. Un 0-59 en el global de la
eliminatoria. Al día siguiente la prensa cargó duramente contra los
jugadores de banda del Barça, diciendo que no bajaban a defender.
Aunque teniendo en cuenta que eran tetraplégicos, exigirles ese
trabajo era vivir bastante alejado de la realidad.
Tras ese palo,
la institución prometió que lucharía por la Liga. Pero también la
perdieron. De hecho, quedaron colistas. El campeón fue el Madrid,
que la ganó en el último minuto de competición, marcando un
penalti bien pitado que había tenido lugar fuera del área. El
penalti lo chutó y lo marcó Raul González Blanco, que tras una
pequeña aventura por los paises árabes, donde hizo un poco de cash,
decidió volver al Real Madrid. Ese penalti pasó a la historia por
ser el primer y último penalti chutado de chilena.
Después de
eso, Vicente del Bosque no tuvo mas remedio que convocarlo para la
Eurocopa. Raúl vestiría la roja una vez mas.
Tras todo esto, los
culés se pasaron un mes de bajón y sin salir a la calle, y los
madridistas se pasaron un mes de subidón y sin volver a sus
casas.
El caso es que el F.C. Barcelona se acabaría disolviendo
ese mismo verano. Su camiseta dejo de venderse, su himno dejo de
cantarse, su estadio dejó de utilizarse y sus jugadores dejaron de
tener sexo fácil con las chicas mas promiscuas de la ciudad condal.
Y con algunos chicos que, no siendo tan promiscuos, si eran bastante
maricones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario